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¿Cómo enseñar a lavarse los dientes a un niño?

-“Qué ven mis ojos, chicos, pequeñuelos y aún levantados?, voy a cantarles una hermosa canción de cuna para que se vayan a dormir”… tras quitarse los calcetines y prepararse la cama a Casimiro le llegaba el turno de los dientes y decía así, “Los duendes, las hadas se lavan los dientes con mucha pastita y agua corriente”…

Esta popular canción infantil se emitió durante muchos años y todos los días a eso de las 20 horas por el único canal que había en la televisión. La Primera. Era el momento en el que la mayoría de familias mandaban a los pequeños a la cama, no sin antes recordar eso de “lávate  bien los dientes”.

Probablemente quién haya nacido después de 1980 tendrá dificultades en recordar de lo que les hablo, pero gracias a internet esas cosas ya se han solucionado.

El cepillado de los dientes en los niños siempre ha sido una constante lucha entre padres e hijos. De hecho hay un informe de salud bucodental que dice que uno de cada tres niños españoles no se cepilla los dientes a diario.

Os vamos a dar unas pautas, en cinco sencillos pasos, para que los más pequeños de la casa aprendan a utilizar correctamente el cepillo y hagan de ello una costumbre, para minimizar las visitas al dentista y para tener una boca sana y saludable.

Pero antes, diremos que el cepillado o limpieza de los dientes en los más pequeños ha de comenzar entre los 12 y 18 meses y hay que utilizar un cepillo especial que no deberían de manejar por ellos mismos, salvo en casos puntuales y siempre con un adulto controlando lo que hacen con el cepillo.

Antes de esa edad deberíamos de limpiar los dientes dos o tres veces al día o después de cada comida y para hacerlo lo mejor es utilizar un trapito o gasa humedecidos con agua y limpiar de manera suave.

En cuanto a los consejos, vamos con el primero.

El dentífrico se suele comenzar a usar desde que el niño ha completado la dentadura, más o menos en torno a los dos años, pero suele ser a los siete u ocho cuando el niño ya tiene autonomía para hacerlo él solo. Antes, siempre es bueno contar con una supervisión que se cerciore de que todo está en orden.

El segundo consejo va en la línea del popular anuncio de Danone, el de “aprende de tus hijos”, pero a la inversa. El niño siempre quiere hacer cosas de adulto, e imitar a los padres mientras se cepillan será una labor fácil que el niño tratará de repetir.

En el caso de que aparezca dificultad para la limpieza, la tercera opción es utilizar el truco de los juegos o de los cuentos. Sin llegar a contarle un cuento de terror, siempre se puede utilizar aquello de que el protagonista de la historia le pasa tal o cual cosa por no limpiarse los dientes. Suele funcionar en edades tempranas.

El cuarto consejo útil, aunque estos consejos no son para aplicarlos en orden, es la elección adecuada del dentífrico y el cepillo. Hay que tener cuidado con la pasta de dientes y utilizar una especial para niños y a poder ser que no contenga flúor, puesto que a esas edades es posible que los pequeños ingieran parte de la pasta y el flúor no está recomendado. En cuanto al cepillo, el uso del eléctrico está recomendado por los dentistas a partir de una determinada edad. Para saber cuándo se debe de cambiar de uno manual al eléctrico es recomendable que sea el dentista el que marque el momento del cambio.

Por último se puede utilizar un truco que es infalible para que los niños se den cuenta de si su cepillado es correcto o no. Para ello deberemos de utilizar un revelador de placa para niños, un producto que al aplicarlo colorea la placa bacteriana, así se detectan las zonas donde el cepillado no se ha hecho de la manera correcta.

Con estos pequeños trucos la salud dental de los más pequeños de la casa irá de la mejor manera posible, pero siempre recomendamos visitar al dentista, al menos una vez al año, para que nos dé un sobresaliente en lo que se refiere a la limpieza de la boca.

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